Hoy veremos cómo comprobar si un huevo está fresco y es apto para comer y cuándo no con un sencillo truquito.
Para saber si un huevo es fresco, sumérgelo en un recipiente con agua y sal.
Si el huevo cae al fondo y se mantiene allí, es muy fresco.
Si queda a media altura, puede consumirse pero sólo cocido o en tortilla.
Si flota, tíralo.
¿Véis qué sencillo? Con este truco no volverás a tener dudas nunca más.
¡Feliz semana!
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